Art Madrid'24 – Artemius

Artemius

Alemania, 1999

En busca de la verdad, dejo que la energía fluya a través de mí. En ese momento me vienen a la cabeza algunas imágenes: las figuras de dos mujeres gladiadoras luchando habían aparecido. Una vez acabada, la obra de arte se convirtió en una búsqueda de mí mismo: las mujeres empezaron a luchar por la igualdad de sus derechos en el siglo I antes de Cristo, quiero decir, literalmente.

Así es como el artista describe su proceso de inspiración para crear una de sus series. Juvenal describe mujeres de un estatus elevado que aparecen en los juegos como “mujeres ricas que han perdido todo el sentido de la dignidad y responsabilidades de su sexo”. Se sostuvo la idea de que su autocomplacencia era una vergüenza para ellas mismas, su género, y el orden social de Roma; ellas o sus patrocinadores socavaron las virtudes y valores tradicionales de Roma. Los artistas lo llaman revolución. El único comentario que Artemius podía encontrar sobre la gladiadora en el arte era que, en el arte del Renacimiento entre las pinturas encargadas en Italia por el rey Felipe IV de España para su Palacio del Buen Retiro en Madrid, hubo una serie sobre circos romanos que incluía un duelo entre dos gladiadoras.

El artista inspira por su impresión del mundo. El hecho de admirar su belleza le hace sentirse inmortal. Artemius compara su arte con un archivo ZIP o RAR. En este archivo todo lo que él ve, siente, hace, conoce o logra se almacena. Bajo el término de archivo ZIP él se refiere a explorar el mundo y la propia experiencia de vida, los cuales se han guardado cuidadosamente para obras de arte futuras. Por tanto cada obra de arte de Artemius es una imagen del conocimiento actual que él había tenido. El arte para Artemius es una ficción no discrecional que consiste en volverse más y más sofisticada y complicada. Cuando el artista tenía 22, él estaba estudiando tecnología química e ingeniería del medio ambiente, trabajando en el laboratorio y haciendo investigaciones científicas en química orgánica. El viaje a China puso su vida patas arriba: se dio cuenta de que debería llegar a ser artista y empezó a pintar.

“Un mes en Pekín me hizo subir de categoría con un espectro de nuevas emociones y pensamientos. El magnífico sentimiento como si viera y viviera mi futuro no salía de mí”, recuerda Artemius. El artista cree que su arte está abriendo las puertas a una era de un nuevo realismo de hecho. Él está cerca de “el manifiesto metamodernista” de Luke Turner, pues encuentra muy importante el impacto de la gente “despierta” a todo el mundo. Con los ojos bien abiertos, Artemius se siente responsable para con otras personas demostrarles quiénes son realmente, de ayudarles a encontrarse a sí mismas, y de convertir sus vidas en las artes o la ciencia, lo cual es desafiante igualmente para el artista. Así como los únicos temas valiosos y esenciales del presente y del futuro (en Marte por ejemplo).