Manuel Salinas, recientemente fallecido, ha sido uno de los artistas más destacados dentro de la abstracción española, con gran relevancia dentro del panorama artístico andaluz y activo desde los años sesenta. Su aportación a la pintura se ha centrado en la experiencia del color, con la invención de sus características "arquitecturas cromáticas". La clave de su pintura radica en una forma muy intuitiva de conciliar el gesto, la construcción, la libertad y el orden y en su sensación de color, que sabe modular, calificar y matizar de una manera única. En su trabajo hay una estrecha relación entre pintura y taller, que ya pertenece al imaginario sentimental de los muchos que lo han frecuentado en las últimas décadas. Su obra se puede ver en grandes instituciones, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, participando a su vez en más de ochenta exposiciones internacionales.