Miss Van comenzó pintando con pincel en las paredes de Toulouse en los años 90 y rápidamente expandió su trabajo por toda Europa (con Barcelona como su ciudad de residencia), influyendo en el movimiento femenino en el Arte Urbano Europeo. Ahora es considerada una de las artistas femeninas contemporáneas urbanas internacionales más establecidas. Del acrílico al óleo sobre lienzo, Miss Van está en constante evolución, realzando su obra con símbolos culturales y tribales, elementos del folclore y entre otras fuentes de inspiración, permitiéndole crecer junto a sus personajes. Los seductores atuendos dieron paso a vestidos folclóricos y accesorios multitradicionales. Sus representaciones femeninas siguen siendo frágiles, voluptuosas y sensibles, pero ya no pertenecen sólo a las calles: brillan hoy en las mayores galerías y exposiciones internacionales. Lágrimas fluyendo, maquillaje extremo a veces reemplazado por poderosas máscaras detrás de las cuáles, las musas de Miss Van, sensuales pero elegantes, se revelan como la encarnación misma de la feminidad, entre fuerza y delicadeza, sensualidad y misterio.