La pintura es el motor del desarrollo artístico y vital de María Aranguren en la búsqueda de formas de comunicación visual que responden a sus anhelos y donde se le plantean nuevos retos. Los elementos sustanciales que maneja son: la composición, el color, la presencia de luz, la geometría y el azar. Investiga en el campo plástico de los colores, pigmentos, formas, transparencias, veladuras y brillos, ahondando en el propio hecho de pintar, procediendo con contención al trabajar analíticamente ensayando con cautela las posibilidades que desarrolla a través de series de obras. En sus últimos trabajos investiga con materiales industriales, policarbonatos celulares, metacrilatos y plásticos reciclados. Son obras marcadamente geométricas, en las que le interesa especialmente la luz y la composición, en la que intervienen factores que controlables (color, densidad, formas sencillas, collage, etc.) y factores no controlables (mezclas de color en el interior de los canales, escurridos, accidentes, etc.), que propician hallazgos.