Nacido en Huelva en el sur de España en 1979, Fran Mora estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Explora la belleza oculta a través de objetos que se han vuelto transparentes en la vida cotidiana. Un cuenco de fruta, reducido a su forma más simple, consigue aportar una mirada fresca y contemplativa. Fran Mora se apropia del objeto más inocuo de nuestra vida diaria pero cargado de significado, como un ritual que puntúa nuestras vidas, pero también como símbolo de abundancia y como fuente de un momento de alegría. También describe paisajes encontrados durante sus viajes como Marruecos o Noruega. Para lograr el efecto nebuloso y la gracia estética, Fran Mora mezcla capas de yeso y óleo sobre lienzo, utilizando regularmente papel o tela. Los colores brillantes asociados con los neones crean un efecto lírico en su lienzo. La luz es también el medio de destilar un tono de serenidad que contrasta con los colores vivos utilizados. Las pinturas de Fran Mora se exhiben ahora en muchas colecciones públicas y privadas en España, como La Caixa, el Museo de Arte Contemporáneo Vázquez Díaz, el Museo Infanta Elena, de Tomelloso, por citar algunos.