Retrospectiva de George Braque en el Guggenheim Bilbao
13 ago. 2014
art madrid
Junto a Picasso y Juan Gris formaron la Triada Sagrada del Cubismo y hay quien asegura que, incluso más que el de Málaga, George Braque fué el verdadero padre de la vanguardia cubista del Siglo XX. Ahora, con el 50 aniversario de su muerte el Guggenheim de Bilbao organiza la más ambiciosa retrospectiva de Braque, con préstamos del Pompidou y de algunas de las mejores colecciones del mundo. |
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Heredó la tradición clásica del paisaje y la naturaleza muerta y la llevó por las procelosas sendas de la abstracción y el cubismo como pocos artistas han conseguido. George Braque (Argenteuil Sur Seine, 1882-París 1963), iniciador del collage (entonces llamados “papier collés”, papeles pegados) que tanto gustó a la vanguardia parisina y en concreto a sus colegas Pablo Picasso y Juan Gris representó al pintor francés por excelencia y con una larga y fructífera producción. El francés abarcó, además, múltiples facetas siempre desde la investigación, el análisis y el estudio sosegado (poesía, música, escenografía, grabado…) y se alejó voluntariamente de la imagen del artista bohemio y afectado, nocturno y ebrio que se estilaba en la época. Ahora toda su carrera, desde su etapa fauvista, el cubismo y su encuentro con Picasso en 1907, sus pinturas tardías, sus series, llega a Bilbao a través de 250 obras en la mayor retrospectiva celebrada en España sobre el artista francés. |
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Comisariada por Brigitte Leal, la exposición “George Braque” homenajea a una de las figuras más destacadas de la vanguardia de principios del siglo XX aunque, como explica Leal, no siempre reconocida: "Su estatuto de artista oficial de la Francia gaullista lo ensombreció indudablemente a los ojos de la generación contestataria que le siguió". "Picasso es el nombre más conocido del siglo XX”, añade la comisaria, “Braque fue un personaje mucho más solitario". |
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Hasta el 21 de septiembre, en el Guggenheim de Bilbao se podrán ver, además, cerámicas inéditas de Braque procedentes de una colección privada y que muestran su fascinación por el estilo clásico y la cerámica griega. Una visita imprescindible es el cuadro inacabado “La Escardadora” que Braque dejó en su caballete en 1963 y con el que finaliza el recorrido por la exposición. |
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