ARTE CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL EXCESO DE PLÁSTICOS
11 dic. 2018
actualidad
Si bien estamos presenciando una eclosión de movimientos que tratan de concienciar sobre la necesidad de luchar contra el cambio climático y el uso abusivo de los plásticos, que tanto dañan el entorno, muchas veces tendemos a identificar estas iniciativas con la actividad de ONGs y otros colectivos con campañas que buscan lograr un gran impacto en medios. No obstante, los artistas también están muy concienciados con esta problemática y a menudo plasman esta temática en sus obras.

La forma de denunciar el capitalismo excesivo y la sobreexplotación pasa a veces por componer obras con piezas reutilizadas o emplear el propio plástico como principal materia prima, así como crear piezas en parajes idílicos, con el ánimo de recalcar la pervivencia efímera de esos lugares. Las propuestas son diversas: multitud de técnicas, disciplinas y acabados; pero la finalidad es la misma, porque indudablemente el ser humano tiene una responsabilidad para con el planeta. En muchas ocasiones, los artistas se asocian con grupos de activistas para desarrollar acciones a gran escala que den repercusión al mensaje y consiga el objetivo pretendido de generar conciencia global.

Este es el caso de Marcel van Es, un artista holandés que desde hace años coopera con Greenpeace y Ecologistas en acción mediante la creación de dibujos trazados sobre la arena húmeda de la bahía de Cádiz. En abril de 2018 llevó a cabo su tercera intervención en la playa gaditana Novo Sancti Petri, con una obra de más de 25 metros de diámetro que representaba una tortuga marina rodeada de plásticos. Sus dibujos son vulnerables y de vida breve que representan la fragilidad de la naturaleza y su imposibilidad de luchar contra el abuso desmedido de sus recursos y su capacidad de regeneración.

Otros autores se decantan por propuestas menos vinculadas a movimientos de denuncia y más centradas en un discurso personal que ponga de manifiesto el problema dentro de la línea de trabajo que le es propia. Así sucede con el proyecto “Agua” de Isabel Muñoz, quien, fiel a su cuidada y exquisita fotografía, presenta una serie de imágenes que tratan de poner en valor la pureza del mar y el amenazador riesgo al que está expuesto de forma permanente. Con esta fotografía subacuática, el impacto de las texturas y los colores sobre los cuerpos sumergidos representa de un modo alegórico y elegante la opresión y adherencia de los plásticos a los seres vivos en su entorno marino, algo contra lo que no pueden luchar por sí mismos.

Asimismo, hay artistas que deciden consagrar casi por completo su trabajo a tratar el problema del cambio climático y la contaminación por plásticos. El proyecto “The garbage patch state” se ha convertido en el leit motiv principal de la obra de Maria Cristina Finucci. Con una propuesta multidisciplinar, que acoge tanto performances, como fotografía o instalaciones, su proceso de producción está abierto a las aportaciones externas y a la presencia internacional. Estamos antes un proyecto interactivo y participativo que ya ha pasado por Roma, Nueva York, Madrid o Ginebra. Porque Maria no concibe el arte si no cumple una función social, y en este caso, su misión educativa es más que evidente.