Art Madrid'23 – CUANDO EL ARTE DIGITAL SE CONVIERTE EN UNA EXPERIENCIA INMERSIVA

El desarrollo actual del arte se mueve por derroteros cada vez más conectados con la tecnología y el lenguaje digital. Aunque en sus inicios, las obras virtuales habían sido en cierta medida relegadas a un segundo plano, por restarle importancia a la maestría de los autores que ejecutan sus piezas con sus propias manos; estas formas de expresión han seguido una evolución constante hasta posicionarse en un lugar propio, donde merecen el mismo respeto y admiración que las disciplinas tradicionales.

teamLab, “Black Waves: Lost, Immersed and Reborn”, 2019. Instalación digital, loop continuo. Sonido: Hideaki Takahashi. ©teamLab, cortesía de Pace Gallery.

Una de las principales diferencias que ofrecen las obras digitales es su capacidad para crear realidades paralelas de una forma inmersiva. Su poder trasciende el de la mera evocación, ya que superan la barrera mental del espectador, quien no tiene que imaginarse las cosas que se le sugieren, sino que se ve envuelto en ellas de una manera activa y directa. La conexión de estas piezas con la imagen en movimiento se entiende hoy como una salida natural… porque es precisamente el movimiento lo que las ramas tradicionales del arte no pueden plasmar.

En esta senda se despliega el trabajo de teamLab, un colectivo artístico integrado por numerosos profesionales de distintas especialidades, que unen su energía y conocimiento para crear impresionantes piezas digitales inmersivas. Su propio sistema de trabajo de asienta en la filosofía que quieren transmitir en sus obras. Se trata de poner en común el esfuerzo de todos, de buscar la complementariedad y el trabajo conjunto, para dar lugar a obras que fluyen, que buscan por sí mismas un equilibrio en los elementos, una armonía en la exteriorización de una idea sencilla y compleja al mismo tiempo.

teamLab, “Flutter of Butterflies Beyond Borders, Ephemeral Life born in Au-delà des limites”, 2018, instalación en La Villette, París. ©teamLab, cortesía de Pace Gallery.

Este grupo fundado en Tokyo en 2001 prefiere reforzar el trabajo colectivo y renunciar al concepto tradicional de autoría que se maneja en el arte para enfocar sus esfuerzos en la producción de obras. Sus piezas ya han sido expuestas en numerosas capitales del mundo y forman parte de importantes colecciones.

En su búsqueda por unir naturaleza, tecnología, ciencia y arte, el trabajo de teamLab explora las posibilidades de recreación digital de elementos naturales llevados a gran escala con el objetivo de involucrar al espectador en una experiencia que lo trascienda y lo lleve a otro lugar. Sus creaciones digitales son muchas veces interactivas y cambian en un constante movimiento cíclico que evoluciona en función de los elementos que intervengan en el entorno. El resultado es una vivencia artístico-digital que reacciona ante el visitante, en un diálogo no verbal que invita a reflexionar sobre nuestro impacto mediambiental, la interacción con los seres vivos y la necesidad de sentir una conexión vital con la naturaleza.

teamLab, “Enso - Cold Light”, 2018. Instalación digital, loop continuo. © teamLab, cortesía de Pace Gallery.

El Espacio Fundación Telefónica expone tres obras de este colectivo para ofrecer una experiencia inolvidable al visitante. “Black Waves: Lost, Immersed and Reborn”, “Flutter of Butterflies, Born from Hands” y “Enso – Cold Light” se despliegan en las paredes de la sala de exhibición para envolver, en un ambiente de penumbra y música tranquila, la mirada fascinada del espectador. Todo cambia en el incesante vaivén del agua y las olas de un mar encrespado, pero pacífico.

 

Lucha de Gigantes se apoya en el arte figurativo y en el personaje de la Pantera Rosa para recuperar la genética democrática del Pop Art y la proximidad al público, características de un movimiento artístico inspirado en la estética de la vida cotidiana y los bienes de consumo de la época. Como un “happening” en el corazón de la ciudad de Madrid, Lucha de Gigantes reivindica la creación artística en un contexto en el que la experiencia estética sea más emocionante y mejor entendida por todos los públicos.

Hace 60 años Blake Edwards lanzaba en Technicolor uno de los largometrajes más sui generis de la época y que pasaría a formar parte no solo de la cultura norteamericana sino también del universo de la comedia internacional: “The Pink Panther”, cuyo título original fue traducido al español como “La Pantera Rosa”.

Jaime Sancorlo. Desert Patrol, 2023

En 1963, esta comedia de suspense se introducía en el flujo sanguíneo de la corriente Pop que comenzaba a consolidarse en una Gran Manzana que vivía el nacimiento de la “Factory”, y el ascenso de Truman Capote. Como ya lo hicieron las anteriores ediciones de este campo informal llamado Lucha de Gigantes, (una “no galería", un “no museo”, algo más que una exposición, como lo definen sus creadores Gabriel Suarez y Aleix Gordo), la Pantera Rosa reaparece en esta ocasión como un personaje atemporal capaz de cuestionar y reivindicar la actualidad a partir de su puesta en escena.

Sandra Rojo Picón. No9. Blue Pink, 2023

Tras haber obtenido directamente los derechos de autor para su reproducción de la MGM, la conmemoración de los sesenta años del personaje reúne a treinta artistas gigantes que, luchando juntos, reflexionarán visualmente acerca de su presente socio-cultural, su contexto artístico y visual, y su quehacer, alrededor de la figura del emblemático personaje rosado. Al mismo tiempo, la propuesta promueve la revisión del propio contexto del arte, queriendo establecer nuevos lugares para la experiencia compartida entre la obra de arte y el observador, yendo más allá de la apatía de los cubos blancos o de aquellos espacios artísticos de acceso restringido pertenecientes al pasado.

Illan Argüello. Más chula que el 8, 2023

De esta forma y demostrando la herencia amarga típica de la comedia británica o del “pop art”, la película se conectó a las pulsiones de la nueva exploración artística que surgía en las calles de la Gran Manzana, alejada ya de la abstracción cromática y gestual que había ocupado el panorama artístico durante la década anterior, con figuras como Mark Rothko, Barnet Newman, Willem de Kooning o Jackson Pollock, y que se habían alejado también de la mirada del Gran Público. La escena cultural de Nueva York avanzaba ahora en manos del director de cine hacia otros caminos más cercanos a la cultura de masas y a su vida cotidiana a través del humor. En su primera aparición en solitario en el capítulo Pink Phink, la Pantera Rosa, establece una batalla colorida ante la hegemonía tradicional del color azul, utilizando todo tipo de artimañas y estrategias para teñir el mundo de su color preferido. En tan solo seis minutos en los que pudimos ver herencias pictóricas procedentes del universo cromático de Rothko y otros creadores abstractos, el personaje se introduce en la cultura de lo políticamente incorrecto.

Iker Serrano. Space Action Panther,2023

La Pantera Rosa representa la ironía, el descontento o el cinismo, tópicos de lo que conocemos como “humor británico” y siempre actuará, a lo largo de todos los cortometrajes, como una crítica atemporal, como un ser inter-generacional e individual capaz de conversar con el Gran Público, independientemente de su origen, cultura o edad.

Mario Soria. Pink Biker,2023

Bajo el aparente clima de humor y comedia de las nuevas interpretaciones realizadas por los treinta gigantes seleccionados, se esconde un mundo de lecturas diversas y de mensajes por descubrir, que serán desvelados por el otro agente fundamental de todo proceso artístico: el Público.

Lucha de Gigantes reúne esta vez treinta visiones individuales para un reconstrucción colectiva y cercana de su presente, donde el Gran Público ha sido invitado a participar con total libertad de este emocionante proceso.


Del 25 al 28 de mayo. De 11h a 20h.

📍Hotel ONLY You Barquillo.

C/ del Barquillo, 21. Madrid.