Art Madrid'25 – ESCULTURA CONTEMPORÁNEA INSÓLITA

El espacio urbano se presenta como un inmenso lienzo en blanco que ofrece multitud de opciones para albergar propuestas sorprendentes, ingeniosas y, sobre todo, grandes. La fuerza visual de estas piezas es capaz de modificar el entorno y generar una gran atracción, además de dinamizar la actividad del lugar y servir como vía para canalizar mensajes globales que busquen un cambio directo en la comunidad. Ante este panorama, la escultura urbana se revela como la gran triunfadora. Las obras más arriesgadas y voluminosas reivindican su cuota de protagonismo al convivir con otras disciplinas que también se abren camino en las ciudades. Os traemos algunas de las obras más curiosas concebidas para el espacio público.

Richard Jackson, “Bad Dog”, 2013 (vía publicdelivery.org)

Richard Jackson realizó esta escultura temporal en los exteriores del Orange County Museum of Art, en Santa Ana, California, con ocasión de la retrospectiva que el centro le dedicó en 2013. El autor quería abrir el debate sobre el papel del humor en el arte, y desde luego que lo consiguió. “Bad Dog” logró una gran repercusión. El trabajo de este artista está muy centrado en los dobles sentidos, la ironía y la lucha contra los estereotipos en el arte. El resultado es una obra ecléctica y difícil de definir que rompe moldes.

Ugo Rondinone, “Seven Magic Mountains”, Las Vegas, Nevada, 2016 (foto de Gianfranco Gorgoni)

Otros autores prefieren trasladar sus propuestas a espacios naturales donde el asfalto y el cemento queden lejos. Así es el trabajo de Ugo Rondinone, que apuesta por emplear elementos propios del entorno como las piedras, y darles una capa de color para crear sus composiciones. A modo de piezas ensambladas de enorme formato, sus columnas de rocas pintadas se alzan como seres de otro mundo y nos recuerdan a los tótems indígenas que evocan a los espítirus de los antepasados. Su obra se encuadra entre el landart y el popart llevado a parajes desolados y diáfanos, como ocurre con su célebre “Seven Magic Mountains”, ubicada en el desierto de Nevada.

Eduardo Catalano, “Floralis Genérica”, 2002 (vía www.craiglotter.co.za)

Las obras urbanas también son vehículo para valores simbólicos. “Floralis Genérica” es una enorme escultura en forma de flor hecha de aluminio, acero inoxidable y hormigón. El arquitecto Eduardo Catalano la donó a la ciudad de Buenos Aires en 2002, y desde entonces está instalada en la Plaza de Naciones Unidas, en el centro de un lago artificial. Gracias a un mecanismo eléctrico, la flor abre cada mañana sus pétalos de 23 metros y se cierra al anochecer. Con este sencillo gesto, esta obra representa la esperanza de cada nuevo día y el renacer de la vida, y hoy es ya un símbolo de la ciudad.

Costas Varotsos, “Dromeas”, 1994

En una revisión del movimiento futurista que triunfó en las primeras décadas del siglo XX, la obra Dromeas (“El corredor”) es una escultura de 12 metros de alto hecha íntegramente de láminas de cristal verde superpuestas. El griego Costas Varotsos quiso representar la fuerza, el ímpetu y la velocidad de los corredores de competición y hacer un homenaje al inicio de los juegos olímpicos, donde el atletismo era una de las primeras disciplinas en consolidarse. En pleno camino del Maratón, en Atenas, esta obra parece ganar velocidad y borrar sus contornos al viento.

Charles Robb, “Charles La Trobe”, 2007

Y en este listado no podemos olvidar la escultura de Charles La Trobe realizada por Charles Robb en 2007 que podemos ver en Melbourne. Charles Joseph La Trobe fue un personaje público de la colonia australiana de Victoria impulsor de varios proyectos culturales entre 1839 y 1854, período en el que se fundaron El Real Jardín Botánico, la Biblioteca del Estado, el Museo Victoria, La Galería Nacional de Victoria y la Universidad de Melbourne. La decisión de Robb de crear una pieza presentando la figura boca abajo era una forma de cuestionar el sentido y propósito de los monumentos contemporáneos dedicados a celebridades o personas de interés público. Hoy esta obra hecha de plástico y fibra de vidrio puede verse en La Trobe University en Bundoora.

 

En la pasada edición de Art Madrid, el artista Luis Olaso (Bilbao, 1986), representado por Kur Art Gallery (San Sebastián), fue galardonado con el Premio de Residencia del Programa de Mecenazgo de Art Madrid. Este premio, fruto de la colaboración entre Art Madrid, DOM Art Residence y la asociación italiana ExtrArtis, le permitió disfrutar de una estancia artística en Sorrento (Italia) durante el mes de agosto de 2025.

Con este tipo de iniciativas, la feria reafirma su apoyo a la creación contemporánea, un compromiso que busca dar mayor visibilidad a los creadores y fortalecer el coleccionismo a través de iniciativas concretas como premios de adquisición, reconocimientos a artistas emergentes y residencias internacionales.


Artistas en residencia. DOM & ExtrArtis. Imagen cortesía. Agata D' Esposito.


El programa de residencia DOM & ExtrArtis 2025 se celebró en Sorrento entre el 1 y el 31 de agosto de 2025. Los artistas convivieron en el Relais La Rupe, una villa del siglo XVI rodeada de acantilados y jardínes centenarios que se convirtió en un entorno ideal para la experimentación y el intercambio.

En esta edición, los residentes trabajaron en torno al tema «Reimagining Genius Loci», una invitación a reflexionar sobre cómo el tránsito de personas y tradiciones transforma el “espíritu de lugar”. Durante la estancia, DOM organizó dos exposiciones colectivas abiertas al público; la primera para presentar el trabajo previo de los artistas y la segunda para mostrar los proyectos desarrollados en Sorrento.


Obra de Luis Olaso. DOM & ExtrArtis. Imagen cortesía. Agata D' Esposito.


La obra de Luis Olaso transita entre la figuración expresionista y la abstracción, siempre con un lenguaje plástico cargado de fuerza y emoción. Autodidacta en sus inicios y posteriormente graduado en Bellas Artes, Olaso ha desarrollado una sólida trayectoria internacional con exposiciones en espacios como JD Malat (Londres) o Makasiini Contemporary (Turku, Finlandia), y ha participado en ferias como Untitled Miami, Estampa o la propia Art Madrid.

Su trabajo forma parte de colecciones de gran prestigio, como la Tokyo Contemporary Art Foundation, la Fundación SIMCO o la Diputación Foral de Bizkaia, y ha sido reconocido en certámenes como el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura o el Premio Ibercaja de Pintura Joven.

En Sorrento, el artista encontró un contexto único para expandir su investigación pictórica, dialogando con el paisaje mediterráneo y con el patrimonio histórico de la región. La residencia le ofreció tiempo, recursos y un marco de intercambio con otros creadores internacionales, favoreciendo la producción de nuevas obras que fueron presentadas en las exposiciones colectivas organizadas por DOM.


Luis Olaso trabajando en su proyecto. DOM & ExtrArtis. Imagen cortesía. DOM.

La experiencia de Luis Olaso en DOM Art Residence concluyó con una muestra pública de los trabajos realizados, reforzando su presencia en el circuito internacional y consolidando su proyección como uno de los artistas vascos con mayor visibilidad en la escena actual.


Con este tipo de iniciativas, Art Madrid demuestra su papel activo como plataforma de apoyo directo a la creación contemporánea, generando oportunidades de estudio, producción y diálogo intercultural que trascienden la feria y acompañan a los artistas en su desarrollo profesional.