Paula Rego: espacios de desobediencia
27 jul. 2017
exposiciones
Serie Jane Eyre. "Inspección", 2001
Paula Rego nació en Lisboa en 1935 pero se afincó en Londres a partir de los 50, lo que no hizo que se desligase de sus raíces portuguesas ni de las preocupaciones políticas que conmovían su país. Su primeras obras se acercaron a la abstracción, pero poco a poco fue definiendo su reconocible estilo y personal imaginario, atravesado por influencias artísticas (Bacon, Freud, Solana, Hogarth, Goya, etc.) y literarias (Charlotte Brontë, Pérez Galdós y Martin McDonagh).
Serie Abortos, "Sin título 4", 1998
El trabajo de Paula Rego se expresa a modo de fábula de la conducta humana, donde no existe moraleja esperanzadora. A través de sus personajes, muchas veces hibridizados (mujer-pájaro, mujer-perro) crea escenas que reflexionan sobre la herencia cultural del heteropatriarcado y denuncian aquellas agresiones que provienen de las jerarquías del poder.
"El hombre almohada", 2004
La exposición se estructura en quince salas, en las que se van sucediendo sus distintas reflexiones. Se posiciona contra la hipocresía de la decencia burguesa; contra la discriminación de la mujer, representándola indócil, que es capaz de tomar la palabra y de ignorar la aprobación/desaprobación masculina; contra los cuentos tradicionales, resignificándolos; contra los abusos de poder de cualquier categoría, que dan lugar a sometimientos y alienaciones; contra los conflictos íntimos y sociales, a través de historias grotescas de humor negro influenciadas por distintas fuentes literarias; contra las opresiones ejercidas por figuras políticas en la historia de Portugal, etc.
"Blancanieves jugando con los trofeos de su padre", 1995
Todo ello, ofrece una idea del mensaje crítico sociopolítico que pretende comunicar el trabajo de Paula Rego. A través de sus pinturas, dibujos y grabados invita al visitante a reflexionar con ella. Destacan sus series dedicadas al aborto (que realizó tras un referéndum por su despenalización celebrado en Portugal en 1998), y a Jane Eyre (de Charlotte Brontë); y obras como El hombre almohada, El espantapájaros o La vieja república, todas con su persistente intención de denuncia y de lucha con las injusticias sociales.
"El despacho de Shakespeare", 2006