Art Madrid'25 – PEDRO PEÑA GIL: Ver, como conocer

PEDRO PEÑA GIL

CONVERSACIONES INFINITAS CON ALFONSO DE LA TORRE

La obra de Pedro Peña Gil(Jaén, 1978) se encuentra con frecuencia con la historia del arte o, más bien, frente a la historia de las imágenes artísticas, Al cabo, dicho acontecer ha sido un continuo relato preguntando sobre la representación, la construcción de la imagen (las apariencias), deviniendo a su vez el propio relato la canónica historia del arte, esa “inmóvil a grandes pasos”, como decía Valéry del ”Aquiles” de Zenon. No siendo exactamente una narración de la claridad revelada sino, más bien, un encuentro sobresaltado de las imágenes con la pintura como quien decide emprender un viaje a la búsqueda del conocimiento. Encontrado con el museo, la escultura pública o el gran monumento, Peña señala cómo “cada obra recuerda y celebra la actitud de aquellos hombres que revolucionaron la forma de ver el mundo para siempre y cómo sus obras se han estabilizado en lugares dónde la luz de nuevo adquiere un simbolismo extraordinario. Ellos tomaron como meta buscar la luz, la misma luz que nos hechiza y revela el mundo bañándolo de colores ante nuestros ojos (…) homenajear la disposición que realmente nos mueve y da sentido a la existencia, la capacidad de asombro que seguirá llenando nuestra experiencia de luz y color”. En ese aspecto de derramar coloridos translúcidos sobre las imágenes, algunas de sus creaciones me han recordado el frottage de Max Ernst, las decalcomanías de Domínguez o las maculaturas de Tharrats. Tal da, pues se trata de una frecuente reinvención de preguntas que así, ad infinitun, en tal tensión, parecen crear propuestas de nuevos significados. ¿No es sabido, desde Warburg que referir ahora las imágenes es mencionar sus transformaciones, ímpetus, desplazamientos, experimentaciones?

SOLVE ET COAGULA

Hay algo en tus creaciones de cristalización de lo fluyente, aquello alquímico, ya sabes, disuelve y coagula. Tal sugiriendo un viaje entre luz y oscuridad a través de imágenes rituales de la historia del arte, quedamos asaltados por un fulgor frágil en su aire destellante. Poético encuentro de la fotografía y la pintura en una suerte de vindicación silenciosa de la superficie de las imágenes, al cabo, indiferencia de géneros: todo es pintura. Hay un aire de agitación, luz veloz y movimiento. Lo resultante una imagen que pareciere desbordada por una especie de numen luminoso. La mediación se consuma.

¿Podrías referirnos los procesos mediante los cuales seleccionas una imagen para después acometer el acto de pintar sobre ella? ¿Coincides en esa afirmación que hace disolver fronteras entre pintura y fotografía?

Soy un gran amante del arte y en todo mi viaje suelo visitar, cámara en mano, museos, monumentos y centro especializado que me llamen mucho la atención. Me gusta retratar las obras desde la mirada del espectador, remarcando el entorno en el que se encuentra. Solemos centrarnos siempre en admirar a una obra y extraerlos de la sala, del conjunto del espacio. Pero nuestro tiempo, su aquí y ahora está en estos museos. Después de muchos años, tengo un gran archivo fotográfico de todos los sitios que me gustan o que me han llamado la atención. Algunas veces voy a la búsqueda de una obra en concreto y selecciono la vista más impactante o menos usual. Y otras, simplemente doy con la imagen mientras navego entre todos los archivos. A partir de ahí, cuando la he seleccionado es cuando empiezo a trabajar.

Hace mucho tiempo que dejamos de pensar que el fotógrafo es un instrumento que canta una escena, y hoy en día valoramos su intervención en el resultado final, tal y como lo hace el pintor en recrear su realidad. Se analiza la obra en cuanto a términos reflexivos y se crea un escenario experimental en el que la fotografía sirve a la pintura y a la memoria. Bueno, la investigación que realizo en mi obra pasa por afrontar la creación desde el Todo. Vive con el Todo. Y es ahí donde surge la introspección del trabajo. Históricamente podemos recordar parte del trabajo de Man Ray a principios del siglo XX. Pionero en demostrar que pintura, escultura y fotografía juntas, podían abrir discursos artísticos poniendo de relevancia el contexto contemporáneo en que se recoge.

Pedro Peña Gil

Museum Hall Venus, 2022

Mixta, serigrafía con tintas UVI y resina epoxi pigmentada sobre madera lacada

120 x 120cm

TENSIÓN Y LIRISMO

Arrebato y lirismo, que no excluyen la reflexión, haciendo compatible la apariencia espacial con el recogimiento, la quietud junto a la muestra de un espacio libre y extenso: una suerte de explosión concentrada. Así, tus pinturas parecen portar los restos de un misterioso relato en ese fluido viajero entre lo lírico y lo mágico. Atmósfera de extraña tensión, abrasada en ocasiones en sus propios silencios, a veces veo también un aire cósmico. Pensaba, viendo tus obras, en algo que leí en Ricardo Piglia: “ser de vanguardia es estar a destiempo”. Te quería preguntar por ese viaje que, desde nuestros días y en actitud de vanguardia, sucede en muchas ocasiones entre estupefacientes imágenes antiguas.

¿Es malinconia o, más bien, el deseo de poner en cuestión las imágenes que nos llegan desde eso que he llamado antes la canónica historia del arte?

Bueno, la reflexión que me planteas es una de las posibilidades que se sugieren en mi obra. El arte en sí mismo es un misterio temporal que carece de respuesta. Pero de manera muy resumida,entiendo que la contemporaneidad, el ser contemporáneo tal y como lo planteó Gadamer, es un observar las actualidades desde la distancia sin coincidir exactamente en ella.

Pedro Peña Gil

Museum Hall Purple, 2022

Mixta, serigrafía con tintas UVI y resina epoxi pigmentada sobre madera lacada

180 x 180cm

EL MODELO INTERIOR

El arte ha sido siempre una señal de alerta. Y ha planteado secularmente cuestiones alejadas de lo que sería posible ver frente a los ojos proponiendo vislumbrar más allá de las apariencias, entre la fantasmagoría del mundo, en un permanente acto de tensionada transgresión. Una tensión con aire de contención espacial mas, dotada de aquello que Breton llamó el modelo interior, el viaje desde lo hondo a través de lo real-mental hacia la representación en el espacio. Tus creaciones muestran su ser en la distancia, tanto de su formación, como en el aspecto de su autonomía, lo cual no esquiva la presencia de formas de reconocimiento que nos son comunes. Riguroso e inquieto, queda sometida tu mirada a los misterios del ver, qué cosa sea la imagen mas, también la idea que tenemos de ella (la imagen que, decía Valéry, nos vuelve locos).

El arte como un modelo de conocimiento a través de las preguntas, sería la cuestión.

Nunca me he planteado el arte como una señal de alerta, más bien como un proceso encaminado a poner el foco sobre algo importante. A partir de ahí es cuando ese proceso intelectual puede generar un contenido que alerte, que llame la atención y que estimule la reflexión. El arte nace de las preguntas sobre uno mismo, sobre los demás y lo demás. El arte tiene la capacidad de explorar y expresar lo más oculto del alma humana. Nace de la necesidad de escrutar continuamente nuevos lugares en busca de respuestas. Es decir, en busca de conocimiento sobre las dinámicas que mueven el mundo y sobre los entresijos de la condición humana. En este sentido, lo que yo puedo aportar como artista en primer lugar, me sirve a mí y espero que pueda haber un espacio de reflexión hacia los demás.

Pedro Peña Gil

Museum Hall Yellow & Blue, 2022

Mixta, serigrafía con tintas UVI y resina epoxi pigmentada sobre madera lacada

180 x 180cm

POESÍA VISUAL

De alguna forma, desmaterializando el mundo de lo real que queda sometido con intensidad a las diversas visiones de tal poesía visual, tu trabajo parece proponer nuevas formas de mirar. Un gesto de interrupción, por eso considero puede así entenderse tu trabajo, como un corpus escandido donde parece haberse eliminado toda temporalidad. Pinturas protegidas contra los cambios de sentido, alejadas de las marcas del tiempo.

¿Crees que podríamos definir tu obra como poemas visuales?

Sí, efectivamente. Mi obra posee, o al menos esa es mi intención, algo de poesía visual. Es una poesía dedicada a ese momento trascendental de la recepción estética, el instante en el que se activa la afición del arte. Cuando trabajo en la obra, tengo muy presente el equilibrio, tanto de la composición fotográfica como de los colores para armonizar el conjunto y transmitir las emociones que deseo. Suelo remarcar de manera muy sutil, con un halo de color la obra para que destaque en su entorno. Pero lo hago de manera leve, ya que mi intención es dejar margen para que los espectadores puedan sentirse identificados en ese momento.

ENCONTRAR EL SENTIDO

El arte como verdad exige su aparición, mas asistimos a una tautología al hallar tu obra, tus imágenes, en el contexto de la exposición. Imagen que habla de las imágenes del arte, lo dijimos al comienzo. Anomalía entonces de las imágenes, en la galería, la Feria, la exposición o el museo, tus obras se encuentran, especulares casi, con otras y entonces, piensa uno, tratan de hallar su sentido a través de lo que, imagino, podrán ser contactos inéditos.

¿Cómo sucede ese encuentro?

Mi obra surge desde los espacios de consumo de arte de la actualidad. Se fundamenta la imagen del lugar en el que se da la experiencia estética. Yo, como un consumidor de arte más, trato de localizar el punto justo donde solemos crear las imágenes de las obras que nos han cautivado. No por casualidad, suelen ser muy similares. Sólo tenemos que ver las publicaciones de las redes sociales para darnos cuenta que algunas de estas obras ya tienen un lugar enmarcado dentro de las salas de museos, espacios de arte… Es a partir de ese encuentro, cuando sé que la imagen debe ser tratada.

Alexander Grahovsky

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Alexander Grahovsky (Alicante, 1980) parte de un proceso caótico o aleatorio como quien colecciona imágenes y hace collages con escenas que le parecen interesantes y puede recrear a su gusto. En sus obras abarca temas de lo desconocido, la muerte o los animales, recurriendo al símil con los juguetes así como empleando personajes que se repiten y elementos como piedras flotantes. Es muy importante la narrativa en sus cuadros, la parte surrealista viene por cómo se construye una historia que no es lineal; hay escenas que se superponen, que se muestran en varias fases en zonas diferentes de cada cuadro y da pie a que la mirada deambule por la obra. Incluye referencias a pintura clásica o al cine, así que su interpretación depende del bagaje del espectador y de su estado de ánimo. El hilo conductor de su trabajo es transmitir que pese a las vicisitudes de la vida, todos seguimos celebrando de algún modo.


El faro al final del océano. 2024. Técnica mixta. 190 x 140 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

La experimentación juega un papel básico en todo mi proceso creativo en dos niveles: a nivel técnico y a nivel narrativo. A nivel técnico porque me permito toda una serie de licencias o caprichos estéticos que convierten el acto de pintar en sí en un juego, en algo divertido y de alguna manera todo es posible. Y a nivel narrativo, por cómo construyo las historias, ya que no hay un guión o una idea principal que sujete todo sino que a partir de una serie de escenas aparentemente inconexas, intento construir una historia que se cruce, que obliga al espectador de alguna manera a poner de su parte para entender o crear su propia narrativa.

¿Cuáles son tus referentes?

Mis referentes van desde la pintura clásica, como El jardín de las delicias del Bosco o el Retablo del cordero místico, hasta artistas más actuales como Hurvin Anderson o Dominique Fung, pasando por Hopper, Hockney, Leonora Carrington y un sinfín de nombres más. Todas estas influencias del mundo del arte se combinan con otras que vienen del cine, como las películas de Parajanov o las del director de Midsommar. En concreto, Midsommar es bastante influyente en mi trabajo por esa estética. Luego, el mundo del cómic, sobre todo podría hablar de Moebius y en concreto de sus ilustraciones de ciencia ficción más surrealistas. También podemos encontrar influencias de los videojuegos, sobre todo a la hora de plasmar las escenas, ya que de alguna manera todo se aplana como si fuera una pantalla o el fondo de un escenario de un teatro, recordando a las aventuras gráficas de mediados de los 90 a finales.


Historia breve de un abrazo. 2024. Óleo, spray, lápices de colores y pasteles al óleo. 33 x 41 cm.


¿Cómo construyes los personajes tan dispares - y a veces recurrentes - de tus cuadros?

Los personajes se van construyendo conforme van pasando las obras, como si cada cuadro formara parte de una historia más grande que aún está por contar. Conforme empecé esta línea de trabajo, me di cuenta de que muchos de ellos se repetían y que, incluso al volver a utilizarlos o al hacer que formen parte de nuevas piezas, ya tengo en cuenta lo que he pintado de ellos, así como lo que les ha sucedido en otros cuadros. Por ejemplo, la muerte ha cambiado de ser un esqueleto que quizás parece que trae malas noticias, a un personaje algo burlón o gracioso que lleva un gorrito de fiesta. También encontramos el diablo, el mago, y la casa roja como refugio o zona de peregrinación donde de alguna manera muchas veces terminan, o pueden terminar los personajes de los cuadros. O el gato negro, que en principio aparecía sencillamente como un símbolo de advertencia, de querer decirle a los otros personajes que estuvieran atentos a lo que sucede a su alrededor, a convertirse en una especie como de medida del tiempo: sobre todo en las piezas grandes aparece normalmente tres veces. Como siempre me gusta jugar a que no sé si son tres gatos diferentes o es el mismo gato en tres puntos distintos de la historia. De esta manera también los personajes van ayudando a crear una narrativa y un compartir entre todas las piezas, un universo general del que todos forman parte.


El cuervo, el ciervo, las uvas y el vino que derramé. 2024. Óleo, spray, lápices de colores y pasteles al óleo. 60 x 74 cm.


¿Cuándo das el paso hacia la serie de los jardines y por qué?

Es en 2022 cuando decido reunir todas esas escenas surrealistas y bocetos que tenía dispersos por el estudio y me planteo qué sucede si conviven en un mismo espacio, qué sucede si todos esos elementos aparentemente inconexos se sitúan sobre el mismo plano. En este caso el plano es el lienzo y en concreto el escenario sería el jardín. Ahí es donde ese jardín, el jardín de las delicias y toda esa imaginería que tenemos en el inconsciente se hace visible. Y es a partir de ahí cuando decido seguir tirando del hilo de esta historia para ver a dónde me lleva. Y es cuando ya todos los personajes empiezan a aparecer y todo esto me permite, de alguna manera, tener un espacio donde jugar y encontrar una libertad creativa que no encontraba en mi anterior trabajo.


Deberías romperme el corazón en enero. 2024. Óleo, spray y lápices de colores sobre lienzo. 81 x 100 cm.


¿Qué vinculación tiene esta etapa de tu obra con tu pasado dentro del mundo del cómic?

Esta etapa de mi trabajo bebe mucho de todos los años que estuve leyendo cómics, desde que era un niño pequeño hasta intentando entrar en la industria del cómic americano. Estuve cerca, estuve cerca, pero no se vio. Es verdad que al final a mí me interesaban, más allá de lo que es el dibujo en sí, las narrativas un poco más experimentales, como pueden ser las de John Hankiewicz, Dave McKean o gente de este tipo. En ese sentido sí que me influye sobre todo la forma de construir las historias. No son viñetas secuenciales que primero pasa a, b, c, sino que el recorrido visual que se puede hacer por las piezas es como sería como una especie de página de cómic en la que puedes saltar de la primera viñeta a la séptima para tener que volver a la segunda, y dependiendo del orden que elijas, la historia se construirá de una manera o de otra. Sí que es verdad que, por ejemplo, muchas veces lo que hay a lo mejor son diferentes fragmentos de la misma escena, un antes, un principio, un nudo y un desenlace, pero se encuentran muchas veces rodeadas de otras escenas que bien influyen los sucesos que acontecen en cada una de estas otras escenas más pequeñas o sencillamente son escenas que conviven en el mismo universo. En ese sentido también me interesa mucho la idea de universo compartido, ¿no? De que todas estas piezas, toda esta línea de trabajo, forma parte de una historia más grande que en realidad parece que se quiere contar a sí misma, que aún no tiene claro hacia dónde va, pero parece que va encontrando su sitio y su camino. Como los personajes que empezaron sencillamente apareciendo y ahora ya cada uno va teniendo su propia historia detrás.





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