POÉTICAS DE LA MIRADA Y LA IDENTIDAD
14 feb. 2019
art madrid
Galería BAT Alberto Cornejo, Moret Art, Zielinsky y Jorge Alcolea
Si hay algo especialmente cautivador en el género del retrato, es la mirada. Hace tiempo que la importancia de los personajes retratados no reside exclusivamente en los símbolos de poder, sino en el grado de captación psicológica que logra el retratista, siendo precisamente la mirada la que dota a los retratados de mayor profundidad psíquica. Cuando además, los ojos de la figura retratada miran directamente al espectador, se produce una tensión asombrosa, una especie de inquietud que exige diálogo, que exhibe provocación. El poder de la mirada parece eterno, como si tuviera una consistencia mayor capaz de exponer las intimidades contenidas.
Sin embargo, si la mirada puede reflejar el estado anímico de una persona de una forma excepcional, también puede esconderlo, hacerlo confuso e inaccesible a los ojos externos que la intentan penetrar. Identificarse o no identificarse, la mirada expresa a la vez seres únicos para algunos, parecidos para otros, trascendentales o insignificantes. Tanto desde el punto de vista moral como estético, esos retratados que nos miran, que nos miran en realidad desde nuestra contemplación del presente, crean una tensión directa con el pasado y la identidad. Siempre con un aire fúnebre, pues el retrato evidencia lo ya que nunca seremos, lo que somos en el momento que se tomó la fotografía o se pintó el retrato, ese “esto ha sido” barthiano, estas imágenes están vaticinando nuestro fin.
Dentro de la gran propuesta de la Galería BAT Alberto Cornejo (Madrid) destaca justamente el género del retrato. Las mujeres que retrata José Ramón Lozano nos suelen mirar muy conscientemente, casi exigiendo que las contemplemos y terminemos así el relato que ellas mismas han abierto. Tienen algo memorable, de punto de inflexión en una posible historia de soledad interiorizada tantas veces acompañada de dolor. Muy diferentes son los retratos de Lantomo (Antonella Montes), más intimistas, más reservados. Si bien el empleo del grafito, la acuarela y el pastel es una de las razones que explica que las figuras adquieran esas características, también lo es el hecho de que sus personajes no siempre nos miran, sino que están absortos en sus pensamientos y no requieren la empatía del observador.
Otra de las retratistas más destacadas de la actualidad es Mária Švarbová, fotógrafa de la que la galería BAT presentará una selección de sus retratos individuales y colectivos. Asistimos al retrato de la niñez y el inicio de la adolescencia en escenarios de meticulosa armonía, de cuerpos tan perfectos y similares que rozan la ficción onírica. En cambio, las figuras que incluye Marta Sánchez Luengo en sus esculturas son mucho más naturales y cercanas, son realistas. De hecho, su manera naturalista de modelar y las actitudes de sus personajes, tan cotidianas como leer un libro, esperar a que llegue el metro o simplemente caminar dando vueltas a un pensamiento, sin duda pueden recordar a los realistas madrileños y en especial a algunas de las piezas del gran Julio López Hernández. También se podrían relacionar con los realistas las obras de Leticia Felgueroso, pues comparten la pasión por retratar la ciudad de Madrid, aunque en el caso de Felgueroso sea por medio de la fotografía y el cromatismo intervenido.
En ese quehacer diario propio de las grandes metrópolis, también se expone muy bien la sociedad contemporánea: multitudes de personas que avanzan llenas de preocupaciones y ansiedades, entre prisas, atascos y “deadlines”. Esa masa dirigida es un tema sobre el que suele reflexionar Gustavo Díaz Sosa en series como “Burócratas y Padrinos”, “Huérfanos de Babel” o la más reciente "Revelaciones y Encrucijadas". Los comportamientos sociales impuestos y alejados de los impulsos naturales, es un tema que asimismo preocupa a Rubén Martín de Lucas, de quien se presenta una selección de la serie “El jardín de Fukuoka”, trabajo en el que el Artista Invitado de esta edición confronta los procesos industriales y naturales.
La propuesta de BAT se cierra con las formas rotundas de las esculturas de Carlos Albert y Carlos Iglesias, madrileños continuadores de la Escuela Vasca de Escultura; las más fluidas y sensuales piezas en aluminio de Rafael Amarós; y las abstracciones matéricas y líricas de Fernando Palacios.
Velar y desvelar, jugar con lo que se esconde y lo que se muestra, es un rasgo muy particular de los retratos de Lino Lago, artista que participa en Art Madrid con la galería Moret Art (A Coruña). Esta galería también expondrá algunos de los últimos trabajos de Daniel Sueiras, como la pintura “Sir Kristoff Tar Toffen the 3rd” (2019), donde el autor nos presenta la nueva incorporación a su ingeniosa y amplia galería de retratos, reseñable por su componente humorístico y por su control magistral de la técnica del óleo sobre tabla. Junto con el trabajo de Sueiras, se presenta una selección de la obra escultórica de Iván Prieto: piezas realizadas desde su característica técnica -cerámica después pintada con acrílicos- en las que los cuerpos contemporáneos, siempre defectuosos, sin dejar de ansiar una perfección imposible e impuesta, son exageradamente distorsionados hasta alcanzar formas surrealistas, extravagantes, más bellas.
Moret Art también incluirá en su propuesta las piezas de Miguel Piñeiro, bodegones contemporáneos de los iconos de la cultura de nuestro tiempo, especialmente sorprendentes por el alto grado de hiperrealismo; y las fotografías de Xurxo Gómez-Chao, de quien se presentan dos de sus líneas de trabajo: por un lado, un conjunto de las bellas vanitas escenificadas, y por otro, sus más mistéricas imágenes de habitaciones, en las que una especie de neblina parece haber evaporado la presencia anterior.
Dentro de la propuesta de la Galería Zielinsky (Barcelona) cabe destacar el trabajo de Pachi Santiago, artista que ofrece el más explícito juego en torno a la identidad, la mirada, los códigos de representación y el apropiacionismo, como vemos en el amplio proyecto “Copying Claudia”, en el que el espectador puede participar de sus mismos sentimientos. La apropiación, la manipulación y el interés por las formas de representar el cuerpo humano, es algo que comparte con el artista Juan Fielitz quien, por el contrario, oculta los rostros o aquellas partes del cuerpo que más nos gustaría ver de los retratados. Así, en estas imágenes recolectadas en archivos, el artista despoja a los retratados de su identidad, ofreciéndonos en sus fotomontajes finales un conjunto poético de fragmentos enigmáticos.
Zielinsky asimismo expondrá las fotografías de Eduardo Marco, en las que una mirada atenta y contemplativa nos permite reparar en la belleza que tantas veces pasa desapercibida en la gran ciudad; los mundos surrealistas y pop, repletos de guiños en los que reconocernos, de Joaquín Lalanne; y las cartografías de Yamandú Canosa, metáforas de nuestro ser, de nuestra forma de habitar: retratos al fin y al cabo de las emociones que explican nuestros desplazamientos.
Algunas miradas son irrepetibles, como las que logra Eloy Morales en sus grandes retratos y autorretratos, y que mostrará la galería Jorge Alcolea (Madrid). Como explica el artista, para él “lo importante es mostrar a través de la obra tu manera de ver las cosas y de qué forma las muestras al espectador” manteniendo siempre una profunda inquietud por “el tremendo poder de la imagen y sus inagotables posibilidades”. Otras miradas, igualmente interesantes y quizá más insondables, son las procedentes del mundo animal, algunas como las de los osos que protagonizan las últimas obras de Miguel Macalla.
La propuesta de Jorge Alcolea se completa con los retratos urbanos y nocturnos de Carlos Azañedo, esos en los que la ciudad posmoderna nunca para, nunca duerme y en los que cada uno de nosotros solo somos “uno más”. También en su stand se podrán ver las esculturas realistas de Isidre Tolosa, objetos personales como libros o diarios que, igualmente, pueden ser los mejores retratos de nosotros mismos por todo aquello tan personal que revelan; y las pinturas de Isabel Ramoneda, abstracciones libres y despreocupadas sobre papel acompañadas de pensamientos manuscritos.
Múltiples miradas para múltiples identidades; obras siempre abiertas, eternamente expectantes ante la posible mirada del espectador: así son son algunas de las obras que se podrán disfrutar en la nueva edición de Art Madrid.